lunes, 17 de agosto de 2015

Una larga espera

Grandulón cargo a Vincen y a Leo hasta una cueva donde nos refugiamos del tiempo, ellos se despertaban por ratos en aquel estado demencial y el eco de sus risas en la cueva me enchinaba la piel.
- ¿yo estuve así? - le pregunte a Grandulón saliendo de la cueva para sentarme junto a él.
- si - me respondió mientras tomaba una piedra y la lanzaba lejos.
- ¿por que tú te recuperaste más pronto? - le pregunte mirándolo, el continuo viendo el bosque y se encogió de hombros dudoso.
- no lo sé, siempre ha sido así - contesto al fin, yo seguí su mirada, estaba perdida en lo profundo del bosque, supuse que estaba más preocupado por Edi de lo que aparentaba.
- ¿desde chicos? - pregunte mientras me los imaginaba jugando y corriendo el uno tras el otro, Grandulón volteo a verme confundido.
- ¿chicos? Nosotros no crecimos juntos - contesto Grandulón como si eso fuera obvio.
- ¿no? - yo había supuesto que ellos eran como Marc y yo, de alguna forma.
- no, nos encontramos en el bosque, él venía de... Ya sabes qué y yo me dirigí al lugar equivocado en el momento equivocado - dijo negando con la cabeza, me costaba trabajo entenderle, pero sabía que si lo presionaba para que fuera más claro se iría sin contarme nada - él no supo que yo estaba ahí hasta que me escucho reír, entonces fue por mí, me dijo que nunca antes había visto a alguien tan grande, quiso ayudarme pero no conocía remedio alguno para las toxinas así que decidió regresar luego para enterarme, porque eso era todo lo que podía hacer mí. Para mi fortuna entre mis movimientos involuntarios fui a dar de bruces en su excremento, cuando el regreso coincidió con que yo despertara, se asusto mucho y comenzó a gritar y correr, a la distancia él parecía aun más pequeño, el trepo a un árbol como una ardilla, yo creí que había sido una visión, me limpie la vara y me fui, pero el aroma me seguía molestando, estábamos a unas horas de las aguas termales y decidí ir, él me siguió... Al final del día éramos amigos, anduvimos algún tiempo como nómadas, pero a Edi le gustaba ir a la ciudad y yo no podía, así que construí una casa para que pudiera ir y encontrarme al regresar -
Lo prensa un momento, si Edi había descubierto la cura por Grandulón ellos no sabían que existía, eso era una ventaja para nosotros, la usaríamos cuando fuera necesario...
- ¿Grandulón? - llamo Vincent y de inmediato regresamos a la cueva.

Al borde de la muerte

Anduvimos por un buen rato hasta que... Escuchamos una risa que daba miedo, una risa demente, Leo se detuvo, aterrizamos en medio del bosque y me bajo.
- así es como sonabas tú cuando te encontré, espera aquí, iré a ver quién es - me dijo y comenzó a elevarse, yo lo tome del brazo deteniéndolo.
- no, yo voy contigo - dije severa, él bajo de nuevo.
- iré más rápido sin ti - contesto secamente, entonces lo solté y se elevo nuevamente, luego se alejo en un remolino.
En una situación así parecía tonto haber pasado tanto tiempo en las aguas termales si finalmente tendría que exponer me a esa cosa de nuevo... Busque aquel aroma en mi ropa, para mi fortuna lo encontré, no era demasiado, era apenas una mancha, pero tendría que servir de algo, me frote la nariz contra esa cosa, la risa comenzó a acercarse en un remolino, cuando se detuvo Grandulón cayó al suelo y comenzó a patalear y manotear, tenía la cara embarrada de excremento, sus ojos se salían de sus orbitas y estaban muy rojos.
- mira - dijo Leo y voltee a ver en sus manos unos trapos, él abrió uno - toma, embárrate cuanto puedas y guarda el resto - yo le hice caso y ate lo restante a mi brazo izquierdo, él hizo lo mismo - iré a buscar a Vincent y William, quedarte aquí y cuida a Grandulón - me dijo brevemente y se fue aun más rápido que la primera vez.
Esto debía ser por el entrenamiento, si Grandulón a esta distancia estaba así ¿cómo estaría Edi? Me sentí impotente, ni siquiera podía ir a buscarlo, los demás habíamos sido rescatados, debía encontrar la forma de ir por él pero no encontraba una donde no peligrara mi vida. Paso más de una hora y no había señales de Vicent, pero al menos Grandulón se había agotado y ahora dormía, coloque su cabeza, que fácilmente era más grande que la mía por la mitad, sobre mis piernas, sentí un enorme alivio al escuchar las ramas quebrarse al pasar del remolino de Leo, cuando bajo note que había montado a Vincent en su espalda, lo dejo caer al suelo y se tiro a un lado, corrí hacia él y me miro a los ojos.
- ¿Amanecer? - pregunto desenfocándome.
- aquí estoy Leo - le conteste tomando su mano, y apenas escucho su nombre comenzó a reír como un loco, le solté la mano y me levante, creo que ocupo toda su fuerza para mantenerse cuerdo hasta encontrarme, voltee a ver a Vincent y lo arrastre para apartarlo un poco de Leo, también tenía la cara embarrada, lo revisé y tenía signos vitales, debía estar exhausto, como Grandulón, un par de lágrimas corrieron por mi rostro 'se pondrá buen' me prometí...
- ¿Vincent? - pregunto Grandulón después de un rato.
- Él está bien - le conteste acercando me para verlo.
- ¿Amanecer? - se pregunto y yo puse mi rostro por encima del suyo para que pudiera verme y al verme me sonrió - sabia que me encontrarías - enuncio y yo no pude evitar comenzar a sollozar sobre su regazo.
- Leo fue por Vincent pero ya no pudo regresar por William - dije apenas levantando el rostro.
- ¿William? - pregunto confundido.
- lo siento - conteste sollozando de nuevo, era la primera vez que me preocupaba por él, supongo que al fin de cuentas le había tomado cariño.
- tranquila, William se fue a la ciudad cuando tú te fuiste, solo estábamos Vincent y yo - me explico. No estoy segura de lo que sentí al escuchar eso, por una parte fue un profundo alivio saber que William estaba bien, pero por otro lado... Había sido muy conveniente que se fuera a tiempo de evitar esto, más aun sabiendo que Vincent, él único capaz de sacarnos de esa situación fácilmente, estaba a tres días de camino.
- tenemos que ir por Edi - le dije a Grandulón haciendo a un lado mis dudas.
- lo sé, pero no ahora - dijo Grandulón sentándose lentamente - yo soy más fuerte que ellos dos, me recupere muy rápido, pero ellos necesitaran descansar, tenemos que cuidarlos. Ambos nos quedamos viéndolos un momento.
- muy bien, tu cuida de ellos, yo iré por Edi - dije mientras me preparaba para levantarme pero Grandulón tomo mi brazo con su enorme palma y me lo impidió.
- Edi me pidió que si algo pasaba no lo buscara, sus toxinas llegaron hasta la cabaña, lo note porque Vincent fue afectado rápidamente, entonces lo cargue y corrí por las reservas que Edi dejo previendo esto, nos embarre a ambos y salí corriendo hacia ustedes, corrí tanto como pude y cuando sentí que no podía mas lo deje bajo un árbol y seguí corriendo porque temí hacerle daño entre mis ataques - me contó Grandulón, yo volví a sentarme y lo medite un momento.
- ¿cuánto tiempo se quedaran esas toxinas en el aire? - pregunte para darme una idea.
- en una situación normal serían tres días, pero dada la distancia que abarco serian al menos cinco días - contestó. Yo enloquecí con la idea de esperar tanto tiempo.
- ¡no podemos esperar cinco días para ir por él! Es solo un niño - le reclame y Grandulón se rió de mi comentario.
- puede parecer un niño pero no lo es, es mayor que todos nosotros, solo que envejece más lento - dijo aún divertido con mi ingenuidad, entonces entendí que ninguno de nosotros tenía un suspiro de normalidad en su cuerpo.

El volcan

Grandulón me dijo que la única forma de quitarme esa peste era ir a las aguas termales cerca de un manantial que estaba a tres días de camino, pero para mí fortuna Leo se ofreció a llevarme...
- Voy a vomitar - me queje cuando Leo me extendió la mano para que me acercara.
- Descuida, solo flotaremos, ven, te voy a cargar para que no tengas que girar - me insistió, yo me acerque aun dudándolo.
- Mejor yo te cargo a ti - le conteste burlona, yo ni quería que él me cargara ni lo creía capaz de lograrlo. Él arrugo las cejas disgustado.
- solo acércate, abrázame y no me sueltes por nada - me ordeno, yo asentí y lo obedecí. Oí nuevamente aquel soplido y el aire comenzó a correr a nuestro alrededor, desde esta nueva postura me di cuenta de que Leo exhalaba aire por la boca en cantidades sorprendentes, me pareció que inhalaba y exaltaba al mismo tiempo, pero con una seña con los ojos me hizo entender que no quería que me quedara viéndolo, así que aparte la mirada.
La vista era borrosa por el remolino a nuestro alrededor, quise mirar al suelo pero temí marearme y no lo hice, así que repose la cabeza en el pecho de Leo y me dedique a esperar que llegáramos, aún estaba un tanto sorprendida de que hubiese tenido la fuerza para cargarme y que no pareciera significarle un gran esfuerzo aun después un buen rato, sobre todo porque yo sin duda pesaba más que él y él no lucia muy atlético. No tardamos 3 días, pero aun así me pareció muy largo el camino, me alegre mucho cuando finalmente mis pies tocaron el suelo y me senté inmediatamente.
- Dime que esta vez no volverás el estómago - se quejó Leo ante mi reacción al llegar.
- No, estoy bien, terminemos con esto, date la vuelta - le ordene y él obedeció de inmediato, comencé a desvestirme mientras me preguntaba si el aroma se habría quedado impregnado en la ropa, pero no podía lavarla ahora ¿cómo la secaría para ponérmela después? La deje a un lado y entre al agua.
- ¡Listo! Ya estoy en el agua - le hice saber a Leo.
- Muy bien, iré a dar una vuelta, llama cuando termines - contesto Leo cordialmente.
- No, está bien, puedes entrar conmigo, me volteare para que puedas cambiarte - le ofrecí dándome media vuelta, después de todo, él había sido muy gentil al traerme y supuse que si utilizaron en él el mismo remedio que en mí, él también moría por quitarse el hedor.
- muy bien - acepto - listo - dijo ya en el agua.
- bien - conteste y eche la cabeza hacia atrás hasta sumergir mi rostro en el agua, estaba hirviendo, podía percibir el vapor emerger del agua, pronto se desvaneció el aroma y nos quedamos relajándonos algún tiempo en el que solo inhalamos profundamente y nadamos un poco.
- Este lugar es magnífico - comente con los ojos cerrados y sin tener la certeza de que Leo me escuchaba.
- sin lugar a dudas - convino Leo de algún lugar no muy lejano.
- Al menos algo bueno salió de ese incidente - continúe.
- En ese caso la próxima vez que te molestes con Wiliam dirigente a aquí sin hacer escalas - contesto Leo riendo, yo abrí los ojos y le lance agua al rostro riendo pero no ocupe fuerza suficiente y no le llego.
- ¿a ti no te molesta? - le pregunte aprovechando que había sacado el tema a relucir.
- ¿William? - me pregunto y asentí - William solo nos está preparando - contesto monótono.
- ¿preparando? ¿Para qué?  Esos soldados no son rival para nosotros - conteste molesta.
- saben nuestros dotes y pueden contra arrestarlos - me explico - pero no a todos juntos - comento sonriendo.
- yo sigo pensando que hay algo más, algo que no nos dice - dije arrugando las cejas, Leo agrando su sonrisa y se acercó un poco.
- Yo sé que eso no es lo que te molesta - dijo bajando la voz como en confidencialidad.
- ¿a qué te refieres? - pregunte extrañada por su actitud.
- ya sabes de lo que hablo - continuó con el mismo tono - su don es lo que te molesta - dijo acercándose aún más y con mirada intensa, sentí como la sangre me subió de pronto a la cabeza, eso era ofensivo.
- ¿don? Pero si él es único que de verdad esta indefenso ante los soldados, su don no sirve de nada - escupí las palabras con ira y Leo no hizo más que reírse.
- ¿no piensas reconocerlo? - pregunto alardeando de su seguridad - La verdadera razón por la que detestas a William es porque él sabe lo que hay aquí - dijo golpeando mi cabeza con su dedo.
- Él no sabe nada - contestes apartando su mano con la mía y me di la vuelta.
- Él sabe más de lo que debería, de todos - me dio la media vuelta para que lo encarara - todos tenemos secretos - dijo poniéndose serio - Él invade nuestra intimidad. Hay cosas que nadie debería saber... - aseguro fríamente. Me quede callada un momento porque por sus palabras y la forma en que las decía me comencé a pensar que ya no estaba hablando de mí.
- ¿porque lo dices? - pregunte intrigada.
- William me dijo que toda tu vida fingiste ser hombre... - me enfureció escuchar que se lo había dicho - y que apenas te conoció lo supo... Bueno... Este será nuestro secreto - Dijo como si aquello significará mucho para él, luego abrió la boca y toco una cosa delgada y transparente que había en ella - Esto divide mi boca en dos partes, de un lado saco aire calientes y del otro frío...- se tomó un minuto antes de continuar, yo no entendía a donde quería llegar con todo eso - todo mi cuerpo es así, estoy dividido... Yo soy hombre... - note la duda en sus ojos antes de continuar - Y también soy mujer. Él no tenía ningún derecho de saberlo, yo sé cómo te sientes Atardecer - dijo con voz de mujer, una voz que no le había escuchado nunca antes.
- tu voz... - dije impresionada y se río.
- también tengo dos voces - contesto volviendo a su voz habitual.
Entonces pensé 'Los secretos unen a las personas'.
- jamás se lo diré a nadie - le prometí y lo abrace, ahora sería nuestro secreto.
Paso un buen rato antes de que me decidiera a salir, abrí los ojos y vi a Leo relajado y con los ojos cerrados, me acerque a la orilla, salí y comencé a vestirme, voltee a ver a Leo que había abierto los ojos y se notaba indeciso entre salir o no.
- ¿de qué es diminutivo Leo? - pregunte con curiosidad, él se río y se acercó a la orilla.
- ¿de qué pensaste que era diminutivo? - pregunto a su vez, yo no me lo había preguntado antes en realidad.
- no lo sé ¿Leonardo? - intente adivinar, él se río nuevamente.
- no es un diminutivo, es sólo Leo - contesto y se décimo a salir.
No pude evitar mirarlo, sus pechos eran pequeños, pero no cabía duda de que eran de mujer, contrastando en gran medida con su preponderante...
- ¿nunca habías visto uno? - pregunto al notar donde se había detenido mi mirada, me sonroje de inmediato y aparte la mirada.
- ¡ho! Lo siento mucho... Si, si he visto otros, en los baños, perdón no quise... - me había dado la vuelta por completo, estaba tremendamente avergonzada.
- está bien, puedes verme, nadie nunca antes me había visto desnudo ¿qué hay de ti ¿alguien antes te había visto sin ropa? - pregunto relajando el ambiente.
- no realmente - conteste volteando lentamente, lo mire de nuevo, hasta ahora no había notado que los rasgos de su rostro bien podrían ser de mujer.
- ¿en qué piensas? -me pregunto ladeando la cabeza.
- no puedo decidir si eres un apuesto hombre o una hermosa mujer- conteste sin pensarlo, él se río.
- entonces soy ambos - concluyo, me reí también - también tengo una  ¿quieres verla? - pregunto despreocupadamente, me ruboricé al escucharlo.
- no gracias, creo que ya he visto demasiado - conteste desviando la mirada, él tomo su ropa y se visto.
- gracias - comento de pronto.
- ¿por qué? - pregunte girando me para verlo.
- por la forma en que me viste...- me ruborice de nuevo - parecía que habías visto lo más bello en tu vida - me dijo sonriendo, yo corrí a abrazarlo.
- justo eso fue lo vi - le susurré al oído, le bese la mejilla y me quede abrazándolo.
Leo tenía razón después de todo, odiaba que William les hubiese dicho sin más mi sexo, mi nombre, mi don, él no tenía ese derecho, sentí la cólera recorrer mi cuerpo solo de pensarlo.
- ¿por qué William no nos contó sobre ti? - le pregunte acomodada en su pecho.
- supongo que no era necesario - contesto soltándome.
- conmigo tampoco era necesario y lo dijo - respondí resoplando.
- me alegra que te hayas decidido a aceptar cuanto te molesta, pero ahora es tiempo de irnos- evadió el tema, me cargo y emprendió camino.

martes, 26 de mayo de 2015

El baño de Edi

William salió de la cabaña y le explicamos a él y a Edi lo que había ocurrido.
-Ya quiero ver como quedo ese lugar - comento Edi.
-Eso no Edi, basta con esto, nadie más ira a entrenar - dije determinada con voz severa.
- Tú dices eso porque ya fuiste - se quejó Edi cruzando los brazos.
- ve - coincidió William con un ligero movimiento de su cabeza.
- ¡Espera! - grite mientras Edi corría, pero no paro. Voltee a ver a William con ira y le recrimine empujando su pecho con ambas palmas - ¡tú! ¿ que pretendes? ¿De qué se trata todo esto? ¿Cuál es el plan? ¡he! ¿quieres deshacerte de nosotros? ¿eso es lo que quieres? - Leo y Vincent se quedaron al margen, observando atentos sin intención de intervenir.
- calmante - ordeno William tomando mis manos, bufé y me di la media vuelta, pero no podía dejarlo pasar, no podía permitir que jugara con nosotros así, me iría, estaba harta de todo esto.
Comencé a caminar colina abajo, después de una hora mi coraje se ido y el sueño comenzaba a dominar me, no sabía cuánto tiempo había dormido la noche anterior, pero sabía que aquel no era el mejor lugar para descansar, mire las ramas de los arboles esperando que alguna pudiera darme cobijo, debía ser el cansancio pero todo comenzaba a darme vueltas, los verdes de las hojas se mezclaban con el azul del cielo, entonces entendí que estaba en problemas.
-¡Vicent!... - grite aturdida, sin saber si seguía fe pie o había caído al suelo - ¿Leo? - pregunte cerrando los ojos para calmar mi mareo - William - pronuncie perdiendo la conciencia.
-¡Esta despertando! ¿estás bien? - Vincent sostenía mi mano, abrí y cerré los ojos un par de veces antes de reaccionar por completo.
-¿Vincent? - pregunte mirándolo a los ojos.
- aquí estoy Atardecer, ya estás bien, no te preocupes de nada - dijo apresuradamente y beso mi mano. Voltee al otro lado, todos se habían acercado.
- ¿qué paso?- pregunte mirándolos - ¿qué es esa peste? - pregunte tapándome la nariz.
- No, no , no, no - me reprendió Vincent mientras se apresuraba a destapar mi nariz - aun lo necesitas - Mire la mano que había utilizado y note que me había embarrado con algo asqueroso.
- ¿pero qué...? - pregunte levantando me, quería limpiarme de inmediato pero Vincent me sujeto y me acerco a él en volviendo e con sus brazos.
- No te dejare limpiar hasta que Grandulon me diga que es seguro - Voltee a ver a Grandulon que se había sentado a un lado de la cama.
- No sé cuánto tiempo estuviste expuesta, será mejor tomar precauciones - contesto apenado, yo arrugue las cejas, no entendía a que se refería.
- Iba a paso rápido, tomando en cuenta la distancia a la que la encontré, yo diría que ente 15 y 30 minutos - aseguro Leo.
- mmmm está bien, puedes limpiarte, pero si te sientes mal no dudes en avisar me -
En cuanto lo dijo Vinvent me soltó, yo quería saber de qué se trataba todo eso, pero quería mas quitarme esa peste de encima... Salí de la habitación y Vincent salió tras de mí, me fui limpiando con las manos la nariz por el camino, llegando Vincent tomo agua de la pileta y me ayudó a limpiarme. Pero tenía aquel aroma impregnado en la nariz y por más que me limpie ni pude evitar olerlo - ¡qué asco! - me queje en voz alta - regresemos- le dije a Vincent resignada a que no lograría quitarme aquella peste de momento.
Los demás habían salido de la habitación y estaban sentados en el comedor y la sala, aunque cabe aclarar que sala consistía de u a banca de madera y nada más y el comedor era de una mesa, dos sillas y dos bancos, igualmente de madera, que habían sido recientemente añadidos para nosotros.
- ¿bien? - pregunte entrando con Vincent detrás de mí.
- Grandulon - le cedió la palabra William, Grandulon me miro, vacilo, y luego movió los labios como si fuera a hablar pero no lo hizo.
- Te intoxicaste - comenzó Leo - no sé porque caminaste hacia allá ¿que no te fijaste a donde ibas? -
- Iba de regreso a la ciudad ... - comencé a recordar, en realidad sólo tome camino, estaba molesta y muy ensimismada - supongo que no me fije ¿a donde fui? - Todos voltearon a ver a Grandulon esperando que contestara mi pregunta, él se removió en la banca un momento luego se levantó y se metió a su recamara. Vincent y me llevo a la banca.
-¿has escuchado las historias de la peste? - pregunto Vincent centrado junto a mí, sosteniendo aun mi mano y yo asentí - ... Bueno Edi es la peste... - asentí nuevamente, eso ya lo sabía, el tomo una bocanada de aire lentamente...
- ¡fuiste al baño de Edi! ¿por qué les cuesta tanto trabajo decirlo? ¡carai! - exclamo Leo exasperado - Edi hace un montón de cosas raras, una de esas es toxica y tú te expusiste a ella, yo fui por ti, te traje y Grandulon te embarro la cara de otro tipo de mierda que contrarresta las toxinas - explico Leo rápidamente deseando dar por terminada la conversación.
- ¡que! - exclame levantándome.
- Era necesario para que te pusieras bien - se disculpo Vincent, me calme y en un tono más cordial le agradecí, volví a sentarme.
- ¿cómo me encontraste? - le pregunte a Leo.
- No fue tan difícil, hacías mucho ruido, reías, llorabas, pataleabas, estabas frenética - Leo se río burlonamente.
- ¿tú no te intoxicaste? - Le pregunte preocupada.
- apenas estuve ahí ¿recuerdas el remolino? Lo uso para ganar tiempo - dijo despreocupado.
- si se intoxicó, pero se recupero más rápido que tú - me aseguro Vincent y le lanzó una mirada notas a Leo, quien no se inmutó y yo no entendí lo que significaba así que preferí hacer caso omiso de ello.
- Creí que habías caminado a la ciudad de no ser por el comentario de Vincent nadie habría ido a buscarte- me reprocho William y voltee a ver a Vibcent agradecida.
- paso mucho tiempo y no regresabas así que te dije que iría por ti- comento Vincent.
- Le conteste que la ciudad te cambiaría el humor y ya regresarias después - continuó William.
- entonses le hice saber que no habías ido rumbo a la ciudad, cuando supo el canino que habías tomado envió a Leo por ti- concluyo Vincent.
- Gracias - le dije a William con humildad mirándolo a los ojos y él asintió.

viernes, 13 de marzo de 2015

Rescate

Esa noche soñé... No estoy segura de que soñé... Solo se que al despertar sentí la urgencia de buscar a grandulon, abrí los ojos aun con la respiración entre cortada y me levante bruscamente, dirigiendo me a la puerta sin basilar.

- ¿a donde vas? - pregunto Vincent con un claro tono de preocupación mientras se levantaba rápidamente para alcanzarme.
- voy por grandulon - conteste apenas volteanto a verlo y salí a toda prisa.
- Voy contigo - contesto saliendo detrás de mí.

Era una mañana fría, aun no llegaba el alba, la oscuridad hacia lucir al bosque tenebroso... Me encogí de hombros, baje la mirada y Vincent me abrazo, era como si su presencia me volviera frágil... Deteste esa idea y me aparte de su lado apretando el paso, él avanzó para abrirme paso y yo se lo permití. Cuando al fin llego el alba el cielo se adorno de hermosos colores bañando el bosque que íbamos dejando atrás con su hermosura.
- ¡Grandulon! - grito Vincent corriendo a la planicie, yo me había retrasado por observar el alba, pero al escucharlo corrí con él.

Al llegar al punto en el que él había gritado pude ver a grandulon, estaba desmayado dentro de una especie de cráter, había removido mucho la tierra, ya no se veía el pasto en ella, ahora solo eran hoyos y grietas era un paisaje desolador.

- ¡Tenemos que sacarlo! - Grito Vincent con desesperación mirando en todas direcciones, buscando algo que nos pudiera ayudar, pero no había nada así que corrí hacia ellos.

Apenas toque la planicie mis pies se hundieron en la tierra, costaba trabajo desplazarse en la tierra.

- Ve por ayuda - me ordeno Vincent.
- No hay tiempo - dije recobrando mi coraje habitual, Vincent acintio y entro al cráter.
La tierra era cada vez mas blanda, me hundía mas a cada paso así que me tomo mas tiempo del deseado alcanzarlos.
- Es muy pesado, no puedo levantarlo - se preocupo Vincent después de varios intentos fallidos
- Por suerte no somos personas comunes - lo anime entrando al cráter toma sus manos y levantarlo cuando yo te diga - le ordene colocando me en la espalda de grandulon que seguía sin reaccionar - ahora - le ordene levantando pesadamente la espalda de grandulon, hundí el rostro en esta y emití un prolongado vibrato con cuidado de no lastimar a grantulon, aumente la longitud de las hondas y logre sentar a grandulon, luego de eso levantarlo fue mas fácil, pero al no lograr que el mantuviera el equilibrio se le vino en sima a Vincent aplastándolo contra la pared.
- esto no esta funcionando - logro decir Vincent con dificultad.
- tenemos que hacer que reaccione - le conteste sin poder verlo detrás del corpulento cuerpo de grandulon.
- bien - contesto perdiendo el aliento, Vincent saco su mano derecha frotó sus dedos y palmeo a la espalda de grandulon, esta sufrió unas pequeñas convulsiones pero no reacciono así que Vincent repitió el procedimiento y grandulon reacciono gritando, cuando Vincent lo soltó Geandulon lo tomo entre sus manos por los hombros y lo levantó furioso.
- Espera grandulon, venimos a ayudarte - suplique a sus espaldas, Grandulon reacciono y bajo a Vincent, se toco la cabeza y miro hacia arriba.
- Esta muy alto - recordó Grandulon.
- ¿Cuánto llevas atrapado aquí hermano? - pregunto Vincent, Grandulo bajo la mano, lo miro y sólo also los hombros algo confundido, luego cerro los ojos y negó con la cabeza sintiéndose desorientado.
- Esta bien, ya llegamos, estas a salvo - lo consoló Vincent abrazándolo y palmeando su espalda.
- Espero que no les moleste que los haya alcanzado - Dijo Leo desde fuera del cráter - ¡vaya lío! - soplo al asomarse a vernos, salto dentro y prosiguió con toda tranquilidad - juntense todos por favor, contengan el aire, cierren los ojos e intenten no vomitar - ordeno en tono monótono e inexpresivo, todos nos abrazamos y cerramos los ojos.

Pronto escuchamos el silbido del viento, una fuerte ráfaga nos envolvió, me aferre a la espalda de Vincent y Grandulon con todas mis fuerzas, giramos velozmente y puse todo mi empeño en no volver el estomago, no podía sentir el suelo en mis pies y no pude evitar abrir los ojos con la intención de aliviar mis nauseas, pero solo logre empeorarlas, frente a mi no había mas que lineas difusas, voltee a ver a Vincent y Grandulon que permanecían con los ojos cerrados y tenían el seno fruncido, asumí que tenían tanta nauseas como yo y entonces tocamos tierra firme, la inercia nos hizo caer de lado, no pude contener me mas y vomite dándome tiempo a penas de girar me para hacerlo sobre mí, Vincent se acerco y acaricio mi espalda, yo me volvía débil junto a él, detestaba esa sensación.

- traeré la carretilla - dijo Leo alejándose.
- ¿estas bien? - pregunto Vincent dulcemente.
- no debí abrir los ojos - Le conteste poniéndome en pie, el me ofreció su pañuelo, yo lo acepte y me limpie con este.
- aquí esta - dijo Leo llegando con la carreta.
- ¿Cómo sabias que necesitaríamos una? - Le pregunte con desconfianza, había resultado muy conveniente ya que Grandulon estaba demasiado débil para caminar de regreso.
- Una simple deducción, como Vincent te cargo de regreso asumí que tendríamos que hacer lo mismo con él, pero dada la descripción física que me proporcionaron de él supuse que necesitaríamos llevarlo con otro medio.

A sentí aceptando su explicación, Grandulon entro en la carretilla y en el camino se quedo dormido, cuando llegamos Edi lo cobijo y lo dejamos dormir.

miércoles, 11 de marzo de 2015

Familia

Cuando llegamos a la cabaña Edi estaba en el pórtico, esperando impaciente, al vernos salto de las escalinatas y nos apresuro.

- pasen, pasen - insistió Edi, yo no comprendí su reacción y volteé a ver a Vincent para saber si el sabia porque la urgencia, pero él no volteo a verme así que seguimos caminando y entramos.

Dentro estaba un hombre robusto comiendo carne, mi rostro se ilumino con una sonrisa.

- ¡Nos trajeron carne! - exclame sin disimulo y me lance al ataque pero antes de que pudiera probar nada Vincent me detuvo probó un volcado y luego asintió, entonces tome la carne entre mis manos y trague con gustó, la carne sabia mas sabrosa que nunca después de una prolongada dieta de manzanas.

Cuando terminamos de comer, mas de lo debido, nos quedamos centrados a la mesa e intuitivamente volteamos a ver a William.

- ¡ho! Claro, las presentaciones - comprendió William cuando la atención se centro en él - El es doce - dije aludiendo a este con la mano izquierda.
- ¡Mi nombre es Leo! - rugió este.
- Cierto, Leo, no le gusta que le llamen por su número - aclaro William.
- Mucho gusto Leo, mi nombre es Vincent, el pequeño es Edi y ella es atardecer - Nos presento Vincent.

Cuando escuche mi nombre sentí escalosfrios, no estaba acostumbrada a escucharlo, ni mucho menos que me presentaran por el mismo, me sentí terriblemente vulnerable e involuntariamente me acerque al hombro de Vincent y el me abrazo.

- Mucho gusto - dijimos Edi y yo.
- Bienvenido a la familia - dijo Vincent.

'Familia' pensé, recorrí la habitación con la mirada, Vi a Leo con semblante sereno agradeciéndole a Vuncent la bienvenida inclinando levemente la cabeza, a Edi sonriendo ampliamente con resto s de carne por toda la boca, a William inescrutable como de costumbre y finalmente levante el rostro para ver a Vincent con ese brillo en la mirada que transmite paz y confianza. Nos mire una vez mas, mi familia siempre había sido de solo tres miembros incluyéndome, pero ahora me daba cuenta que Vincent tenía razón, nosotros eramos una familia y eso me pareció... Simplemente perfecto.

Platicamos toda la tarde al rededor de la mesa y cuando llego la hora de dormir le cedí mi habitación, que en realidad era la habitación de grandulon, a Leo, Grandulon había Hecho una cama extra antes de irse a entrenar, esa cama estaba en la habitación de Edi, hubiese sido ahí donde se hubiera quedado Vincent pero le pedí que se la cediera a William y que se quedara conmigo en la sala, en la banca donde yo había recuperado la conciencia, Vincent no tuvo mayor problema, por alguna razón le gustaba cuidar me y q mí compensaba a gustarme que me cuidara, el se sentó, yo me acomode junto a él, repose la cabeza en sus piernas y Edi me cobijo.

- Buenas noches - susurré cerrando los ojos.
- Buenas noches - contestaron Edi y Vincent antes se dormir.

Sonreí en silencio con la idea de pertenecer a esta familia, nuestra familia de ocasos...

martes, 10 de marzo de 2015

Electricidad

Había salido a caminar un poco, quería despejarme, Vincent me había convencido, aunque no del todo, de esperar a Marc aquí, lo extrañaba mucho, me senté bajo la sombra de un árbol y me vestido se a bulto a mi alrededor, resongue por lo bajo, la ropa que había llevado a entrenar estaba desgarrada, en parte porque me había valido de partes de la misma para improvisar mis silenciadores, así que me habían dado ropa nueva... Ahora llevaba veatido... ¡vestido en medio del bosque! Era lo más ridículo que me ocurría, me sentía de lo más incomoda.
Ya llevaba rato ahí en silencio cuando escuche un pequeño tronido,  escudriñe el bosque con la mirada sin percibir  nada, me levante lentamente en silencio cuando note a Vincent caminando despreocupadamente con algo en la mano, entonces él volteo a verme y sonrió.

- ¿Qué haces ahí? ¿disfrutando la vista? - Me pregunto sonriendo mientras caminaba hacia él.
- ¿escuchaste eso? - le pregunte en voz baja.
- ¿que? - contesto también en voz baja mirando en todas direcciones.
- No se, un pequeño estruendo, fue un "crak" - susurré a su oído.
- ¡ha! Eso - pronuncio recuperando su tono normal - fui yo, acabo de recargar la pila de mi reloj - aclaró mostrándole su reloj de oro.

Intente recapitular en mi mente lo que William había dicho del reto de los Ocaso, pero no había prestado demasiada atención.

- Muestrame - le pedí mirándolo a él y a su reloj, él soltó una risita jacandosa y negó con la cabeza.
- No puedo - contesto poniéndose su reloj - ¿que te parece mejor esto? - frotó sus manos y las puso sobre el suelo, las hojas secas en este comenzaron a moverse hasta pegarse a sus manos, él se levanto con las palmas a la vista y yo Sonreí, eso parecía mas un truco de magia que un verdadero poder.
- Mira esto - Le dije haciendo seña de que me diera espacio.

Me acerque a un árbol y localice una manzana grande y jugosa y emití un breve vibrato, levante la mano y la manzana cayó sobre mi palma, volteé a verlo y mordí la manzana victoriosa él ensancho su sonrisa, dejo caer las hojas, luego frotó los pies contra el suelto con soltura y las hojas comenzaron a girar a su alrededor, luego abrió las palmas y las hojas regresaron a su sitio lentamente. Me lanzo una mirada que me incitaba a superarlo, sentí como la sangre recorría todo mi cuerpo ante su reto, pero él estaba muy cerca y no podía ser imprudente con mis dotes, además no necesitaba mucho para superarlo así que solo puse la manzana frente a mi boca, con poco menos de medio minuto la manzana se hizo añicos en mi mano.

- supera eso - le espete, Vincent giro su cadera moviendo el pie derecho hacia atrás, vida fuego en su mirada, levantó su puño derecho y lo dejo caer con fuerza contra la tierra...

- ¡alto! - grito William corriendo hacia nosotros, Vincent con esfuerzos pudo contenerse, ví los músculos de su brazo contraerse con sus bellos erizados - ¿que creen que hacen? - grito William fusioso -Si quieren entrenar lo harán en la planicie, donde las montañas los cubren - William se tomo un segundo para recuperar el aliento - Delataran nuestra posición - aseguro William, Vincent sacudió su mano derecha intentando destensarlo y camino hacia mí, me abrazo por los hombros y caminamos de regreso a la cabaña, no quisiera admitir que sentí miedo, pero esa fue la primera vez que vi a William enojado y la primera vez que agradecí que Vincent estuviera conmigo para protegerme.

viernes, 6 de marzo de 2015

William

-Es hora de comer- Me dijo Vincent dándome unas palmaditas en el hombro, yo bote su mano y me deshice de su abrazo.
-¿Manzanaz?- pregunte irritada cuando vida lo que me ofrecía con su mano izquierda ¿Qué no había otra cosa en este lugar?
-Come- Me pidió con dulcura. Yo mordí la manzana de mala gana pero de inmediato su delicioso jugo se exparcio por mi boca y me la termine sin apenas saborearla.
-¿Ya nos vas a contar que paso por allá? ¿Por qué llegaste en ese estado?- pregunto Edi con curiosidad al otro extremo del cuarto, él estaba centrado a la mesa comiendo, me pareció extraño verlo sin Grandulón, ellos siempre estaban juntos.
-Me exedi entrenando, eso es todo- Dije escurriendo saliva sin querer, me apresure a limpiarme con la mano y Vincent me acerco un trapo para limpiarme.
-¡Estoy bien!- Le exclame apartándolo de mí. Edi se rio.
-Te dije que cuando se diera cuenta de que ni eras Marc te aria a un lado- Dijo Edi con expresión burlona
- Lo cual estaría muy bien si no necesitará cuidados- Atajo Vincent acercándose a mí, pero yo lo rechace de nuevo.
- Solo espero que al grandulón le valla mejor- Comento Edi mirando el techo con algo de preocupación en su voz.
- ¡Espera! - Le ordene a Vincent dejando de forcejear con él -¿Comó que al grandulon? ¿Donde esta? - Quince saber de inmediato.
- Entrenando en la planicie - Contesto Edi como si fuera la cosa mas natural - Es su turno- concluyó.
-¡Su turno!- Me altere al escucharlo y me levante de un tirón, Vincent se apresuro a sosteneme y se lo permití porque mis fuerzas aun no regresaban del todo a mi cuerpo - ¿Quién decidió que era su turno?  - Exigí saber, pero lo entendí antes de que respondieran - ¿William? ¿Dónde esta William? - pregunte acusatoria.
- Buscando al resto de nosotros - Contesto Vincent cansadamente, como si estuviese harto de esa pregunta.
- ¿No les parece raro? - Escupi las palabras luchando por mantenerme en pie - Esto no esta bien, nada de esto esta bien por eso Marca no esta aquí... - arrastre las palabras al final, casi pensando para mí.
- Tranquila - susurro Vincent sentándome de nuevo a su lado y me abrazo de nuevo, yo arrugue los ojos pero no me resistí, finalmente comprendí al personaje de Lilia, me sentí igual de preocupada y necesitada como ella lucia. Resople audible.
- ¿y cuándo es tu turno? - le pregunte a Vincent mirandolo acoos ojos después de un prolongado silencio.
- Después de Edi - dijo señalándolo con el rostro. Volteé a verlo y él sonrió mostrando sus grandes dientes amarillos y saludo con sus dedos delgaduchos, yo acenti y le hice seña de acercarme otra manzana, después de todo estaba hambrienta.

miércoles, 4 de marzo de 2015

Dos

Cuando desperté me estire y bostece, mire hacia el techo y luego hacia... Marc... Pero no era Marc...

Me levante de un tiro despertándolo con mi movimiento , pero el moverme tan rápido hizo que me mareara.

- tranquila, no te muevas, dijo abrazando me a su pecho, me separe, despacio esta vez.
- ¿quien eres tú?- le pregunte con voz cansada, debo admitir que tenia un gran parecido con Marc, lucia delgado y alto, pero sus facciones del rostro, su tes, su cabello, sus ojos... De alguna forma estuve segura de que él no era Marca.
-Mi nombre es Vincent, soy dos Me quede viéndolo extrañada, todos los demás no nos parecíamos ni un poco, pero él... Él bien podría ser un personaje de Marca. Me quede viendo sus ojos grises, nunca había visto ojos grises, su cabello negro cenizo, su tes clara... Me hacía dudar de su identidad que sus ojos eran mas pequeños, sus labios mas grandes y delgados... Eso era algo que no se podía simular... ¿o sí?
-¿Marc?- pregunte perdiendo las fuerzas nuevamente.
-Me has dicho así desde que llegaste, te encontré perdida algo lejos de aquí, por suerte para ti me habían mencionado que estabas entrenando, te traje y me confirmaron que eras tú, después no dejaste que me separara de ti.-  Dijo con una amplia sonrisa en los labios, como si aquello le hubiera hecho gracia.
-¿Dónde esta Marca?- Pregunte intentando levantarme sin éxito.
entrenando, quiere ser inmune a William, se ha empeñado en ello- comento con la misma sonrisa.
-Quieri verlo- Exigí.
aún estas muy débil, acaba de ceder la fiebre, yo preferiría que te quedarás-  pronunció con voz dulce.
-¿Y desde cuando te intereso?- Quise saber.
-¡oye! Eres la única hermana que tengo... O la única que conozco- reflexionó para sí.
año necesito ayuda de nadie- conteste con desden e intente levantar me pero mis piernas se desequilibraron y Vincent me atrapo en el aire cuando caía.
-Si, ya sé que eres independiente. Espera a que te recuperes y yo mismo te llevaré a verlo ¿De acuerdo?- pregunto aun sabiendo que no me quedaba alternativa.
-De acuerdo- consenti. Me quede callada y me recarge contra la pared, luego Vincent me abrazó y me recargo en su hombro. Me hubiese movido de no ser porque me quede dormida casi de inmediato.