lunes, 22 de diciembre de 2014

Regreso

No estoy segura cuanto tiempo llevaba entrenando, lo único que sabía es que mi cuerpo estaba exhausto, me dolía respirar, mi garganta ardía al tragar saliva, cada vez se me dificultaba mas gritar o hablar, había llegado la hora de regresar, pero mi cuerpo no soportaba mas, así que me recosté y me dispuse a dormir para recuperar la fuerza suficiente para regresar...

Cuando amaneció había un silencio total, me asegure de haberme quitado los  improvisados silenciadores que había construido, tal silencio era perturbador, era algo más que anormal, mientras sentía el viento soplar mi respiración comenzó a ser irregular, mi ansiedad se incremento al no poder escuchar mi respiración entre cortada.

-¡Que está pasando!- Grite con todas mis fuerzas, pero no fui capaz de percibir mi propia voz. Entonces lo supe, había roto mis tímpanos, sin darme cuenta los había destrizado durante mi entrenamiento, involuntariamente cubrí mis oídos con las manos y entonces note que estaban sangrando, voltee a ver el césped donde me había recostado y advertí dos grandes manchas de sangre semi-ovaladas, sentí nuevamente un picor en mi garganta que me hizo toser, en esta ocasión también salió sangre de mi garganta.

Me pasme aterrada al contemplar aquello, estaba arruinada, completamente arruinada ¿Que haría ahora?

Comencé a llorar, no recuerdo haber llorado antes de ese día, mis pulmones dolían por lo que me era imposible sollozar sin asfixiarme y justo en ese momento... desperté, me apresure a revisar los silenciadores, aun los traía puestos, al quitármelos escuche con alivio la brisa pasar, quise suspirar pero al intentarlo tosí y cuando lo hice sangre, pero no en abundancia como en mi sueño, así supe que tenía que regresar a casa lo antes posible... antes de que fuera demasiado tarde.

El camino de regreso me pareció mucho más lejano que el de ida, para ser sincera no recuerdo bien como regrese, hubo un tiempo en el que no podía ver bien, el sudor nublaba mi vista y limpiarlo solo hacía que mis ojos ardieran mas cada vez, yo solo sé que seguí caminando y caminando hasta que alguien más me encontró, me tomo en brazos y me llevo...

-¡Miren chicos! está despertando- Escuche decir a alguien antes de que se produjera movimiento en la habitación.
-¿Marcos?- fueron las palabras que escaparon de mi boca antes de toser.
-No hables ahora, solo descansa- Me contesto mientras tomaba mi mano, lo apreté suavemente y me dispuse a dormir nuevamente.

La cabeza me dolía, sentía como punzadas desde dentro, todo me daba vueltas y el solo hecho de pensar en hablar me hacía tocer, recobre medianamente la compostura y abrí los ojos, pero todo me daba vueltas y los cerre de nuevo.

-Come- Alguien me dijo me dijo e hice mi mejor esfuerzo por hacerlo, aunque lo que fuera que estaba comiendo sabía a rayos...

Habría pasado algún tiempo, realmente me sentía mejor, abrí los ojos y distinguí a Edi platicando con Grandulón, sonreí levemente, de alguna forma había llegado, estaría segura ahora, logre percibir que estaba acostada sobre las piernas de Marc así que me acurruque y volví a dormir.

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