viernes, 1 de enero de 2016

Sin rastro

- ¿Corrió al bosque? - pregunto Edi incrédulo, retomando su tono y postura habitual - ¡pero qué susto me diste! - exclamo soltando mis manos - Grandulón siempre hace eso, cuando se estresa o se enoja o lo que sea, volverá cuando se sienta mejor, o hay de qué preocuparse- y con sus palabras el ambiente se relajo del todo.
- ¡Ho! me alegra mucho que sea así - Comente aliviada y Edi se rió.
- sabes él está acostumbrado a estar solo, creo que estar acompañado a veces lo abruma un poco y entonces escapa, la primera vez que se fue creí que no lo volvería a ver jamás y en realidad paso mucho tiempo para que nos viéramos, yo me fui de aquella cabaña y mucho después cuando regrese por nostalgia él estaba allí, esperándome, no te imaginas la alegría que sentí al verlo, pero así somos, el escapa al bosque y yo a la ciudad - me conto despreocupado y nuevamente acomodado en la banca.

Sonreí, Leo y Vincent ya habían entrado en la habitación, platicaban y comían en la mesa y la única que había puesto atención al último comentario de Edi fui yo.

Grandulón y Edi me recordaban mucho a Marc y a Mí, por eso había pensado que habían crecido juntos, cene y me dormí en habitación de Grandulón, estaba decidida a buscar a Mar ¿por qué no había vuelto aun?

Al día siguiente me despedí, todos se aseguraron de que tomara el camino correcto y pronto los perdí de vista, cuando finalmente llegue a la ciudad me di cuenta que no había inventado un personaje, no tenía dinero, mi ropa estaba sucia y gastada, supuse que lucía como una mendiga, así que decidí serlo, al caer la noche me escondí en un callejón asegurándome de nadie me viera entrar, desde luego que no dormí, mire la luna y las estrellas toda la noche, al día siguiente pasaría por el hotel donde me había hospedado con William y Marc, era lo único que se me ocurría...

Amanecí con hambre, pedí limosna con poco éxito, no estaba acostumbrada a causar lastima, no era mi fuerte, así que al final solo tome la comida y corrí, corrí tan rápido que no supe si intentaron seguirme o no, luego me escondí para comer, lamí la bolsa hasta que no quedo una sola miga y cuando lo creí seguro salí y me dirigí al hotel, con el aspecto que llevaba no me sería fácil entrar, al menos no legalmente, espere la noche y entre a puntillas a la habitación que había sido de Marc, estaba vacía, como cualquier otra habitación de hotel, de la presencia de Marc ya no quedaba ni rastro.

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