Habíamos rentado dos camas en una habitación, nunca había intimado
con Marc pero ahora que sabía que de verdad éramos hermanos preferí dormir
sola, aunque no pude dormir, era inútil intentar no pensar en los últimos años,
en todos los años en realidad y lo peor era que todo aquello que todo aquello
cruzaba por mi mente estaba al alcance de William, tenía que salir de esa
habitación.
María camino entre las calles desiertas,
tener un personaje puesto me hacía invariablemente actuar con su personalidad,
saque unos cigarros y encendí el primero, no había fumado desde la última vez
que fui María, pero María necesitaba un cigarro ahora, las apariencias no
servían de nada con William, debía encontrar un punto ciego... ¡Marc!
Marc debía poder bloquearlo a él como bloqueaba el sonido, tire el cigarro y me
dispuse a volver, gire y William estaba detrás de mí, no lo había notado, no
sabía cuánto tiempo llevaba ahí... y entonces lo supe.
-¡Fuiste tú!- Lo acuse, el debía haber
sido esa persona hábil que nos noqueo a Marc y a mí antes de llegar a aquella fiesta
años atrás.
-Sí, escucha, para que esto funcione
debemos confiar los unos en los otros, esa es la única forma- me aseguro.
'¿Tú nos salvaste la vida?' pensé y el asintió.
-sabes mucho más de lo que has dicho ¿no
es así? no nos lo dirás hasta que confíes en nosotros y eso será cuando
nosotros confiemos en ti...- deje los hilos de mis pensamientos seguir, él
tenía que ser nuestro aliado, sabía demasiado para que fuera de otra forma 'los
secretos unen a las personas' pensé, así que nosotros éramos hermanos también,
y con eso en mente él me abrazo y beso mi frente.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario