Henry nos contó que mi antiguo jefe le había marcado a Poncho para
avisarle que María había salido con un hombre extraño, así que Lilia había
decidido ir a buscarla para cerciorarse de que todo estuviera bien.
-Tuviste muy poco tiempo ¡Vaya que son
buenos!- nos alago William, Henry y yo nos sonreímos y nos dedicamos una
sonrisa, esa era nuestra profesión. -Hagamos esto, ustedes me enseñan sus tácticas
y yo les enseño las mías.
Contarle secretos a William era simple,
guardarlos por otra parte era inconcebible, le enseñamos el lenguaje de manos,
a leer los labios e incluso algunas tácticas, digamos que las elementales, el
nos enseño a interpretar los gestos, las expresiones, los silencios y simultáneamente
Henry comenzó a practicar su don pero sin mayor éxito.
William nos conto lo que había averiguado
de los demás, nombres, rostros e historias, una de ellas particularmente
interesante; Margaret en realidad es bióloga química, uso sus óvulos en los
experimentos, ella nunca garantizo resultado alguno, también nos conto sobre
otros ocaso.
-Tres; es al que encontraron al sur, era
el mas reconocible por su apreciable tamaño, no sé donde se habrá escondido
todos este tiempo, supongo que lejos de las ciudades, Ocho; seguro habrán
escuchado de él, es el pequeño y apestoso, de él no se mucho pero medirá menos
de un metro, Diez; es totalmente inestable, cuando esta de buenas se comporta
como una niña malcriada, cuando esta de malas... bueno, esperemos nunca averiguarlo,
Diez no se escapo, sigue con ellos, ellos le temen. Doce; produce oleadas
de viento, tiene la potencia de un huracán y Dos que puede crear rayos.
-¿Cómo te enteraste que nos matarían?- le
pregunte a William.
-Fue Margaret, ella envío a alguien
algunos días antes con la información en la cabeza, así que comencé a
investigar tanto como pude, las personas no piensan lo que uno desee que
piensen, tuve que ser muy hábil para que no notaran lo que sabía, yo aliste las
mochilas, tengo muchos contactos, me cerciore de que las pusieran en lugares
convenientes, tenía que parecer que nos habían asesinado, me las arregle para
convencer a algunos asesinos dándoles la información necesaria para que
cobraran su recompensa, con eso ganamos algo de tiempo, no todos fueron
invitados a aquella fiesta, solo Ustedes, Tres, Doce y yo.
No supe que también yo estaba en peligro
hasta que vi la nota del general, entonces fui por ustedes y los envié a las
celdas, no tenía tiempo para explicarles y que me creyeran, luego fui por los
otros y también los desmaye, nuestra una única oportunidad era huir por
separado, luego volví a encontrarme con un contacto, cuando lo encontré estaba
muriendo, traía consigo el encendedor de Diez y lo último que cruzo por su
mente fue 'Aléjate de ella'- Dijo William y tan solo con sus palabras sentí
como un escalofrió recorría mi espalda.